Bodegas subterráneas de Aranda de Duero. Cómo visitarlas.

Las Bodegas subterráneas de Aranda de Duero son uno de los mayores atractivos de esta ciudad castellana (los otros dos son la visita a la fabulosa iglesia de Santa María la Mayor y disfrutar de su gastronomía).

Desde hace más de ocho siglos, Aranda de Duero se convertido en uno de los mayores productores de vino de España. No en vano, esta ciudad es la capital de la Ribera de Duero, la comarca que da nombre a una de las Denominaciones de Origen más importantes de España.

Fruto de esta historia como capital vitivinícola, encontramos las famosas Bodegas subterráneas de Aranda de Duero.

Las Bodegas Subterráneas de Aranda de Duero son un conjunto de galerías situadas entre los 7 y los 13 metros de profundidad, en el subsuelo arandino. Estamos hablando de un total de más de siete kilómetros de túneles, ni más ni menos. Algunos de ellos, además, tienen una antigüedad realmente sorprendente, pues entre los las distintas Bodegas subterráneas de Aranda de Duero encontramos algunas que nos remiten a los siglos XIII, XIV o XV.

Ha que tener en cuenta que casi todas las viviendas del centro histórico de Aranda de Duero disponían (y disponen muchas de ellas) de su propia bodega subterránea. Como el lógico, se trata de bodegas subterráneas privadas que no se pueden visitar.

Sin embargo, aún siendo todas privadas, hay un puñado de Bodegas subterráneas de Aranda de Duero que sí que se pueden visitar. Es más, que se deben visitar, ya que no se entendería un recorrido por esta ciudad sin visitar uno de los lugares más importantes que ver en Aranda de Duero: sus bodegas.

Bodegas de Aranda de Duero

Cómo visitar las Bodegas subterráneas de Aranda de Duero.

Podéis intentar entrar por vuestra cuenta en alguna de las Bodegas Subterráneas de Aranda de Duero o, mucho mejor, reservar plaza en alguno de los recorridos guiados, que son realmente muy económicos y que permiten visitar las Bodegas Subterráneas con un guía.

Visita guiada a las Bodegas El Romellón. Estas bodegas subterráneas son del siglo XIV y XV y pueden visitarse mediante esta visita guiada que incluye un recorrido por toda Aranda de Duero, que termina con una visita a las bodegas subterráneas de El Romellón.

Visita guiada a las Bodegas del Museo del Vino. En la calle Cascajar encontramos estas bodegas subterráneas del siglo XII que se recorren mediante visitas de unos 45 minutos. Hay que escoger día y hora en la web que os he puesto. Aquí podréis ver las antiguas barricas, así como los utensilios que eran utilizados para elaborar el vino.

Visita a las Bodegas Subterráneas con cata incluida. Las bodegas de la Calle Isilla. Varias de las bodegas subterráneas de Aranda de Duero se ubican en la Calle Isilla, que es una de las principales del centro histórico. Entre ellas, destacan las Bodegas históricas San Carlos o las Bodegas del Lagar de Isilla. Todas son semejantes, tienen más de cinco siglos a sus espaldas y disponen de varias galerías. Esta visita guiada termina con una cata de un crianza Ribera del Duero. Desde luego, es la mejor manera de visitar las Bodegas Subterráneas de Aranda de Duero. Este tour se puede hacer también mediante una Ruta Teatralizada, aunque solo se hace en días concretos. La verdad es que sale muy barata y también termina con una cata.

Cómo son las Bodegas Subterráneas Subterráneas de Aranda de Duero.

Algunas de las características de estas Bodegas subterráneas de Aranda de Duero es que todas mantienen unas condiciones de humedad y temperatura constantes (sobre los 10-13 grados), que permite la correcta maduración de los caldos.

Casi todas estas bodegas subterráneas, y particularmente las más antiguas, fueron horadadas a mano, con la ayuda de pico y pala, que eran los utensilios disponibles en la Edad Media. Vais a encontrar que cada ciertos tramos existen una serie de chimeneas de ventilación. Son las zarceras. Si vais a realizar una visita guiada a las Bodegas Subterráneas os las enseñarán.

Comentar también que todas estas Bodegas subterráneas de Aranda de Duero se situaban por debajo de las viviendas, pero raramente por debajo de las calles. Se debe a que la vibración de los carruajes podía dañar los vinos existentes en las bodegas subterráneas, de manera que las galerías se horadaban bajo superficies no sometidas al ajetreo.

La verdad es que visitar las Bodegas Subterráneas de Aranda de Duero es algo imprescindible en esta ciudad castellana.

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