Santa Maria delle Grazie y la Última Cena de Leonardo.
La Última Cena de Leonardo da Vinci, una de las obras más famosas de la pintura universal, se encuentra en la iglesia de Santa Maria delle Grazie, en Milán. Es por ello, que una de las visitas que nadie debería perderse en Milán es precisamente la de esta iglesia que, a menudo, pasa algo desapercibida por encontrar-se un poco apartada del centro de la capital lombarda.
Hay que saber, sin embargo, que para visitar la Última Cena de Leonardo (o Santa Cena), en el refectorio de este antiguo convento dominico, hay que reservar con antelación, de manera que podrás comprar las entradas sin colas, puesto que solo un puñado de visitantes tienen la oportunidad de admirar el fresco por espacio de quince minutos. Luego os hablaré de ello.
Santa Maria delle Grazie
Sin embargo, más allá del famoso cuadro de la Última Cena de Leonardo, la misma iglesia tiene mucho interés. Y, además, puede ser visitada de forma gratuita en este caso. Fue alzada durante la segunda mitad del siglo XV, aunque posteriormente tuvo que ser remodelada. Se considera uno de los mejores momentos del renacentismo en Milán, hasta el punto de que ha sido incluida en la lista del Patrimonio Mundial.
Uno de los responsables de la ampliación de Santa Maria delle Grazie fue Bramante, considerado uno de los más importantes arquitectos de la historia. A este artista se le atribuye la cúpula, la ampliación de la nave y el más pequeño de los dos claustros que tiene el convento.
Sin embargo, tan bello y delicado como el interior de la iglesia de Santa Maria delle Grazie resulta su visualización desde el exterior. Es desde allí donde podemos disfrutar del fantástico triburio poligonal, de 16 lados y formado por 32 ajimeces. Fue Giovanni Antonio amadeo quien terminó esta fabulosa obra aunque algunos autores hablan de que se trata de un diseño del propio Bramante.
Visitar la Última Cena de Leonardo en Santa Maria delle Grazie
Sin embargo, Santa Maria delle Grazie no dejaría de ser una más de las extraordinarias iglesia que hay en Italia si no fuera por su Cenácolo. Llamamos Cenácolo al refectorio del convento dominico que albergaba este complejo. Es aquí donde se localiza, bajo unas estrictas normas de seguridad, la célebre pintura al fresco de La Última Cena de Leonardo Da Vinci.
Los doce apóstoles se encuentran a ambos lados de Cristo en uno de los momentos decisivos de la Pasión de Cristo. Jesús acaba de anunciar que uno de ellos traicionará al maestro.
Cómo ya hemos comentado, para visitar la Última Cena de Leonardo hay que comprar las entradas con antelación y solo es posible visitarla con reserva previa. Cada 15 minutos, un grupo de unos 25 visitantes pueden acceder al refectorio a fin de poder disfrutar de la Última Cena de Leonardo. El genio del renacimiento pintó al fresco esta obra. Sin embargo, se trata de una técnica totalmente distinta a la utilizada por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina del Vaticano, por ejemplo. Se trata de pintura al seco, de manera que a los pocos años, la pintura empezó a deteriorarse y han sido ya bastantes las ocasiones en que se han tenido que tomar medidas de restauración.
Además de la Santa Cena o Última Cena de Leonardo, en el refectorio se ubica también otra bonita obra al fresco. Es una Crucifixión, obra de Giovanni Donato Montorfano, que se ubica justo en el lado opuesta a la obra de Leonardo.
Durante la visita al Cenácolo de Santa Maria delle Grazie no se permite filmar el video ni hacer fotografías con flash. Pero sí que se permite realizar fotografías sin flash, lo cual se agradece.
Si vais a visitar Milán podéis comprar aquí las entradas, junto con la explicación de un guía, en español, que os contará los pormenores de este famoso cuadro de La Última Cena de Leonardo en Santa Maria delle Grazie.