Que ver en Lisboa. Las 10 visitas imprescindibles.
Que ver en Lisboa en 3 día. Lisboa, la capital de Portugal, merece algo más que una visita de 1 día. Lo suyo sería poderle dedicarle 2 o 3 días, para visitar en calma su múltiples recodos.
Sin embrago, Lisboa es una ciudad a escala humana, de manera que para visitar la mayoría de monumentos imprescindibles es suficiente caminar. Solo en algunos casos deberemos tomar algún tranvía para poder acercarnos a algunos de los monumentos imprescindibles que hay que ver en Lisboa, como los del barrio de Belem o los del Campo de las Naciones, donde se desarrolló la Exposición Universal del 98.
Os presentamos pues, las 10 visitas que hay que hacer en Lisboa en 3 días
QUE VER EL LISBOA EN 3 DÍAS
Catedral de Lisboa.
Conocida como la Se, se trata del gran monumento que hay que ver en Lisboa. Se trata de un templo románico erigido en el siglo XII. Como otras catedrales de Portugal tiene un cierto aspecto de fortaleza, como podemos observar por las almenas y por la fortaleza de sus torres.
No hay que desmerecen la visita al claustro de la catedral que sin ser tan espectacular como el del monasterio de los Jerónimos también merece la pena.
Monasterio de los Jerónimos
No es extraño que el Monasterio de los Jerónimos esté incluido dentro de la lista del Patrimonio de la Humanidad. En realidad se trata del gran monumento manuelino que hay que ver en Lisboa pues supone el momento de máximo esplendor de este arte, a caballo entre el gótico y el renacimiento.
Se inició a principios de 1501 y el motivo fue la celebración del regreso de Vasco da Gama de uno de sus viajes por los océanos.
En la iglesia encontramos las 2 bellísimas tumbas de Luís de Camoes y del mismo Vasco da Gama y el claustro supone el momento culminate del arte manuelino, con gran cantidad de motivos marineros en la decoración.
Torre de Belem.
Otro de los edificios imprescindibles de Lisboa y que encontramos a pocos metros del Monasterio de los Jerónimos en el mismo barrio de Belem. Fue construida a principios del siglo XVI y su diseño es de Francisco de Arruda. Forma parte también del Patrimonio de la Humanidad.
Ha tenido múltiples funciones, tales como torre de vigía, aduana o cárcel y también destaca por su decoración manuelina. Tras subir los 5 pisos, podemos disfrutar de las bellas vistas que desde lo alto de la terraza de divisan.
Monumento a los Descubrimientos.
También merece la pena subir a lo alto del Monumento a los Descubrimientos que se encuentra localizado en el mismo barrio de Belem. Se trata de un diseño mucho más actual, de mediados del siglo XX. Se construyó para conmemorar el 500 aniversario de Enrique el Navegante, otro de los nombres más significativos de la Época de los Descubrimientos.
El monumento semeja un barco donde están representados bastantes de los hombres que más importancia tuvieron en aquella gloriosa época portuguesa. Merece la pena subir a lo alto del monumento pues algo que hay que ver el Lisboa es, precisamente, las vistas del barrio de Belem desde lo alto del monumento.
Plaza del Marqués de Pombal.
Son varias las plazas que hay que ver en Lisboa y esta es una de las más significativas. Se conoce también como Terreiro do Paço pues era aquí donde se localizaba el antiguo palacio real. En cierta manera la plaza del Marqués de Pombal es el epicentro de la Lisboa moderna pues debió ser rehabilitada por completo, como todo el barrio, tras el terrible terremoto de 1755.
En el centro de la plaza encontramos, precisamente, el monumento al Marqués de Pombal, que era el gobernador en los tiempos del terremoto y quien se encargó de ordenar la remodelación de la ciudad tras el seísmo.
Desde aquí observamos también el arco de Rua Augusta, a modo de arco del triunfo. Justo aquí empieza la Rua Augusta, la arteria principal del barrio de la Baixa. Desde lo alto del Arco también se dispone de unas bellas vistas de todo el barrio.
Castillo de San Jorge
Se trata de uno de los monumentos más antiguos que hay que ver en Lisboa, pues su construcción se debe a los visigodos. Fue alzado a partir del siglo V. Sin embrago, los árabes lo ampliaron y los diferentes reyes lusos hicieron lo propio.
El castillo se situa en lo alto de la Colina de San Jorge y la verdad es que es un monumento lo suficiente grande como para que os paséis un buen rato visitándolo, más allá de las esplendorosas vistas que desde él se tienen.
Plaza del Rossio
Otra de las grandes plazas que hay que ver en Lisboa, quizá la más famosa junto a la del Marqués de Pombal. Se localiza en el barrio de La Baixa y está conectada con el Terreiro do Paço por la Via Augusta, la más comercial de la ciudad.
La Plaza del Rossio está dominada por la escultura de Pedro IV, Rey de Portugal. Otros edificios de interés son el Teatro Nacional, edificado a mediados del siglo XIX y la Estación del Rossio, la más bella de la ciudad y que es de estilo neomanuelino.
Elevador de Santa Justa.
Lisboa en una ciudad con muchos desniveles que se salvan gracias a la existencia de elevadores. Algunos de ellos son tipo funiculares. Y otros, como el Elevador de Santa Justa, tipo ascensor. Es este el más famosos de todos y, aunque a menudo se hable del mismo como una obra del famoso ingeniero francés Gustave Eiffel, lo cierto es que se trata de un diseño de Raúl Meisner.
Más allá de la belleza del elevador en si mismo, fruto de la época del hierro, la verdad es que se trata de un monumento imprescindible de Lisboa y que, además, sigue en uso y nos permite subir al barrio del Chiado desde La Baixa.
Oceanario de Lisboa.
Son varias las construcciones modernas que hay que ver en Lisboa y que son fruto de la Exposición Universal que tuvo lugar en esta ciudad en 1998. Uno de los más importantes es el Oceanario que es el segundo en importancia de Europa tras el de Valencia.
Para visitarlo hay que acudir al Parque de las Naciones, que fue sede de la Expo en cuestión. Allí disfrutaremos de hasta 15.000 seres vivos en piscinas y acuarios que intentan reproducir su hábitat natural. Los tiburones y las rayas son los animales más buscados.
Estación de Oriente.
Ya que se visita la zona que fue sede de la Expo de Lisboa merece la pena llegar a ella en tren gracias a la estación de Oriente. Junto a la del Rossio, es una de las 2 estaciones que hay que ver en Lisboa. Su diseño fue obra del afamado arquitecto e ingeniero valenciano Santiago Calatrava. Sus formas blancas, el usos del hierro y del hormigón no nos deja espacio para la duda de que su firma está detrás del diseño.
El metro para en esta Estación de Oriente y supone la mejor manera para acercarse al Parque de las Naciones, que es el nombre con que se conoce el recinto que albergó la Exposición Universal.
Y esto son solo 10 de los monumentos imprescindibles que hay que ver en Lisboa. Hay mucho mas como el Convento do Carmo y museos de la importancia del de Arqueología o el Museo Nacional de Arte Antiguo. Lisboa es un destino cercano que merece mucho la pena.