Visitar Campos de Concentración. Recordar para no repetir.
Visitar Campos de Concentración de Centroeuropa debería ser casi obligado para cualquier viajero que visite estas tierras.
Desde luego, los campos de concentración no son ni monumentos ni lugares de entretenimiento. Justo al contrario, la visita suele ser más bien dolorosa.
Sin embargo, rendir homenaje a los millones de hombre que perecieron bajo el horror nazi y recordar la historia que llevo a la Humanidad hasta este horrible punto, debería formar parte de la propia formación como seres humanos. Recordar, para no repetir los errores del pasado.
En este artículo os vamos a comentar algunos de los campos de Concentración más famosos de Europa, convertidos ahora en lugar de recuerdo, recogimiento y casi peregrinaje.
Aunque se pueden visitar Campos de Concentración por decenas, estos son 4 de los más famosos.
4 de los Campos de Concentración más famosos a visitar
Auschwitz, el Campo de Concentración a visitar desde Cracovia.
Probablemente, el Campo de Concentración de Auschwitz es, tristemente, el más famoso del mundo.
Se localiza muy cerca de Cracovia, de manera que suele ser de visita obligada si viajáis a la antigua capital polaca. Aquí os contamos las distintas maneras de visitar Auschwitz desde Cracovia.
Aunque, sobre todo por las películas, conocemos que en Auschwitz perdieron la vida decenas de miles de judíos, hay que tener en cuenta que también a intelectuales, homosexuales, gitanos y a otras minorías donde se les aplicaba la Solución Final en este campo que no solo fue de concentración, si no también de exterminio.
En Auschwitz, en realidad, vamos a visitar Campos de Concentración. Así, en plural. Primero se visita el campo de Auschwitz I, que fue construido con la idea de privar de libertad a prisioneros políticos del régimen nazi. Eso sí, con el tiempo acabó por convertirse en un verdadera campo de exterminio. La visita, por ejemplo, incluye los crematorios y cámaras de gas.
Después de visitar Auschwitz I, hay que trasladarse al muy Auschwitz II, también conocido como Auschwitz-Birkenau. La imagen más famosa de todos los campos de concentración que se pueden visitar la encontramos aquí, con las vías de tren que llegan a Birkenau.
Este fue un verdadero campo de exterminio, dedicado a aplicar la terrible Solución Final. Un lugar horrible, pero de obligada visita.
Sachsenhausen, el Campo de Concentración cercano a Berlín.
El campo de concentración de Sachsenhausen fue construido en 1936 y llegó a albergar a unos 180.000 presos. La idea era de poder confinar aquí tanto a prisioneros, como a disidentes políticos, y seres humanos considerados indignos, por razón de condición sexual, religión o etnia. Homosexuales, judíos y gitanos, principalmente, además de prisioneros soviéticos.
En este último sentido, se considera que unos 18.000 militares soviéticos fueron fusilados en el Campo de Concentración de Sachsenhausen. Fueron la mayor parte de los 30.000 prisioneros que perdieron la vida aquí.
Eso sí, a los prisioneros que gozaban de buena salud, se les puso a trabajar en los distintos Campos de Trabajo. Principalmente, en lo que hace referencia a la industria armamentística.
Ir de Berlín a Sachsenhausen en transporte público es fácil (podéis llegar tras una hora de trayecto en tren desde el centro de Berlín), aunque os recomiendo, como siempre al visitar Campos de Concentración, que intentéis contar con los servicios de un guía, para comprender exactamente qué se está viendo en cada momento.
Dachau, el Campo de Concentración de Múnich.
Otro de los Campos de Concentración más fáciles de visitar y hoy convertido en obligado lugar de memoria histórica, es el Campo de Concentración de Dachau, muy cercano a Múnich.
De hecho, visitar Dachau desde Múnich es muy fácil, incluso en transporte público.
Dachau era un tranquilo pueblo de veraneo de Baviera. Nada hacía suponer que a partir de los años 30 del siglo pasado, se convertiría en una auténtica casa de los horrores, ya que su Campo de Concentración de prisioneros se convirtió en uno de los temidos campos de exterminio nazi.
Como en casi todos los campos de concentración que se pueden visitar, en Dachau no solo se apresaron opositores al régimen nazi y prisioneros de guerra, si no también lo que el régimen consideraba seres desviados o inferiores. Gitanos, prostitutas u homosexuales, por ejemplo.
La verja de entrada con el lema Arbeit Macht Freit (el trabajo os hará libre) es lo que nos recibe, como también lo hace en Auschwitz u otros campos de concentración que se pueden visitar.
En frente nos queda un enorme campo que era donde se ubicaban los barracones donde se hacinaban todo tipo de presos y del que en la actualidad, apenas quedan los cimientos. Sin embargo, algunos barracones sí que se han reconstruido, de manera que podremos comprender cómo de hacinada y con qué condiciones de insalubridad, sobrevivían aquí, decenas de miles de seres humanos.
Terezín, el Campo de Concentración de Praga
Desde luego, se trata de una de las mejores excursiones desde Praga, aunque desde luego, también la más dolorosa. Y es una pena que muchos viajeros la pasen por alto.
Podéis llegar a Terezín desde Praga en excursión desde Praga en español o por cuenta propia, en autobús o coche. Son unos 60 km de distancia desde la capital checa.
Encontramos Campos de Concentración nazis en la República Checa, porque esta nación tampoco fue ajena al horror nazi. Durante aquella época, el Protectorado de Bohemia y Moravia, se convirtió en un satélite de la Alemania nazi, después de que Hitler invadiera Checoslovaquia.
Tras la invasión nazi, la fortaleza pequeña de Terezin, al tiempo que toda ciudad-fortaleza se convirtió en una base de la Wehrmacht, las fuerzas armadas nazis. Posteriormente, Terezín se convirtió en un gueto y campo de tránsito para los judíos checos.
A partir de 1941, los prisioneros de Terezín fueron paulatinamente deportados a los Campos de Exterminio, siendo el de Auschwitz uno de los destinos finales más socorridos. En total, más de 100.000 persona llegaron a pasar por el Campo de Concentración de Terezín, convertido hoy en lugar de memoria histórica obligada.
Como veis, visitar Campos de Concentración difiere bastante de lo que es el turismo convencional. Son lugares tristes, que se visitan casi en silencio y, a menudo, entre sollozos. Sin embargo, pocas lecciones tan importantes se pueden adquirir durante los viajes como la lección que se imparte en estos lugares.